viernes, 3 de agosto de 2012

Noche de estrenos


El pasado viernes, 27 de julio de 2012, el grupo de aficionados de Vía Láctea volvió a tomar rumbo a la montaña en aquellos momentos en que el Sol se esconde bajo el horizonte: esa ansiada puesta de sol que marca el inicio del fin de semana!! Con los últimos rayos de luz llegamos a la explanada del Campo de Tiro de Iznalloz.

Fue una de las quedadas más concurridas que recuerdo. Allí estaban Alberto (con su Dobson 8’’), Javier Ramiro (con otro Dobson de 8’’ y un puñado de lásers por repartir), Jesús y Juanjo (con su ETX70, pero sin pilas!!, jeje), Antonio Gálvez, Salva (con su magnífico refractor APO de 107 mm … y con pilas! Pero sin portátil!! jeje), Antonio Molina (con un WO Megrez semi APO de 80 mm y f/6), Andrés (con su SkyWatcher 8’’) y un servidor, Miguel Ángel, “el del estreno”. Y es que todo el mundo sabe que los viernes son las noches de los estrenos…y ahí estaba yo estrenando mi tubo Newton, de 8’’ también (¡más feliz que una perdiz!)



La noche no fue memorable en cuanto a productividad…gracias a una Luna creciente sobre el horizonte SO. Sin embargo, lo pasamos muy bien entre todos. Salva apuntó a Saturno justo antes de que se escapara, Andrés terminaba de montar la cámara pensando en cazar la nebulosa Dumbbell, Antonio enfocaba al terminador lunar, Alberto buscaba a mano M57 (“El anillo”), desde donde vino la primera luz que entró en mi telescopio…y es que “a falta de Sagitarios, buenas son Liras” (o algo así dice el refrán).

Mientras algunos comían y Javier iba repartiendo lásers (cual Rey Mago), otros aprovechaban para sacar bonitas imágenes del Collinder 399 (Vulpecula) o para calibrar el enfoque y el autoguiado, en busca de la foto de la noche. Otros, sin embargo, intentaban mirar M4 (cerca de Antares) y fastidiaron el estacionamiento de la montura (ese soy yo!!). El resultado: media hora de darle vueltas al telescopio (Gracias a Andrés y Antonio por la paciencia!! Jeje) para acabar recurriendo al viejo truco “Apagar y Encender” (esa era mi novatada). Afortunadamente, por compleja que sea una máquina, esto sigue siendo infalible!!!





Por allí andaban también Jesús y Juanjo, pensando en adquirir un telescopio que traiga muchas alegrías en el campo de la planetaria, probando filtros y oculares y pasando un buen rato, como todos los demás. La estrategia era esperar a que la Luna se fuera para empezar “lo bueno”. Al final, cuando la Luna ya se iba, por fin, alguien dijo: “ ¿Y si nos vamos ya?”… y todo el mundo asintió. 

Así acabó una bonita noche con luz de Luna, olor agradable (por las plantas aromáticas) y sobre todo, con MUY BUENA GENTE.

Hasta la próxima.

Miguel Ángel


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